Los encuentros en las Vigilias son supremamente importantes en estos momentos de la vida del país.
Por: José María Carbonell, Revista Cambio Total. 
Ayer se sucedieron las Vigilias en los campamentos de las FARC-EP. Los guerrilleros permanecieron en estas vigilias pidiendo por la Paz. Mas no estuvieron solos. A los campamentos farianos arribaron personas de diferente índole, religiosos y no religiosos, que después de largas y agotadoras jornadas arribaron a esos campamentos ubicados en las selvas y montañas de la geografía Colombiana.
Esa asistencia es supremamente importante en los actuales momentos en que algunos del No se han atravesado como "vacas muertas" -como dice Allende- a los deseos de Paz de la mayoría de los colombianos. Con ello demuestran el profundo amor por la Paz que profesan esas personas que sacrificaron horas y horas, a sus familias, para compartirlas con los guerrilleros en sus campamentos. Se da así lo que muchos guerrilleros farianos aseveraban, que cuando la población pudieran ir sin riesgo ninguno a los campamentos guerrilleros sería interminable la "romería" de personas que en buses, en carros, en bestias, a pie, caminaban para llegar a los campamentos, los cuales estaban ubicados "monte adentro".
Es que el pueblo siente sincero cariño por sus "muchachos guerrilleros". Saben que ellos son entraña de sus entrañas. Son jóvenes que entregan su vida a la lucha por una Nueva Colombia para usufructo de los pobres. Esa lucha ha sido recompensada pro el apoyo social que ha permitido que las FARC haya persistido durante 52 años luchando contra un régimen con todos los recursos de todo tipo. Ese apoyo es la savia que ha alimentado la lucha guerrillera en Colombia.
Pues bien, las Vigilias se cumplieron y los asistentes sin diferencias entre guerrilleros y civiles le dieron feliz término y elevaron sus peticiones al cosmos por la Paz en Colombia. Es significativo que el caminante por la Paz, Gustavo Moncayo, quien en el pasado caminó por la libertad de su hijo capturado en combate por las FARC hoy siga siendo el "Caminante por la Paz" y haya llegado sonriente, feliz de compartir con los farianos sin odio ni rencor de ninguna especie.
Este gesto de Moncayo demuestra la pasta de la que está hecho el pueblo colombiano que da todo por la Paz. Ello nos impele a continuar en la lucha por un Nuevo País en Paz con Justicia Social.
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