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La sangre de la guerra

Written By Unknown on martes, noviembre 22, 2016 | martes, noviembre 22, 2016

Dice el diccionario de Etimología que la palabra mafia es de origen italiano.
Por: Beatriz Vanegas Athías - El Espectador. 

Nada de raro tiene esta derivación pues gran parte de los vocablos de nuestro idioma español tienen sus antecedentes en el latín. Así pues que, la palabra, de acuerdo a esta raíz significa: Muerte a Francia, Italia Añora. Este era un lema italiano que usaban contra los invasores franceses del siglo  XIII. En esa diacronía que es el estudio o análisis de la lengua o de los fenómenos lingüísticos desde el punto de vista de su evolución en el tiempo; en esa belleza de nuestro idioma que evoluciona con la avalancha de hechos y de ideas y reclama nuevos nombres para ellos, la palabra mafia llegó al siglo XX para nombrar a las familias organizadas alrededor del crimen. Famosas son las mafias sicilianas reunidas en torno al tráfico del alcohol y del tabaco. Después de legalizados éstos, sobrevienen los estupefacientes y las mafias de pedófilos, y las tratas de mujeres y de animales y quizás la que más ganancias y dolor trae porque incluye a todas las anteriores: las mafias que negocian con armas. Todas han sido y son una suerte de pulpos que con tentáculos envenenados atrapan al Estado, a la Policía, a los medios de comunicación.
En la Colombia del siglo XX los partidos políticos tradicionales-liberal y conservador- han actuado como mafias. Son alrededor de diez familias agrupadas en torno a la tenencia de la tierra y de los dineros del Estado y para ello se han asociado desde la década de los sesenta con las familias o mafias del narcotráfico y con las familias o mafias que trafican con armas. Un coctel explosivo que nos ha tenido en un conflicto de casi sesenta años y que hace que las víctimas estén cómo estamos: escindidos, enfrentados, defendiendo con belicosidad una forma de vida civilizada e incluyente que nos conviene a todos los colombianos, pero no a las mafias que se hacen llamar partidos políticos.
Y estas mafias se han llevado en la infame defensa de sus poderes a través de la inequidad, la miseria como fatalidad; el desplazamiento forzado; el homicidio, las mutilaciones por minas, el secuestro y la tortura; el reclutamiento de menores; el despojo de tierras; la agresión sexual, las amenazas y atentados; la desaparición forzada y el robo de bienes, a más de 9,5  millones de personas, desde 1985, según la Unidad de Víctimas.
Daredevill, es una serie de Marvel,  es la historia de un abogado ciego que ha desarrollado a punta de dolor y ausencias, otras formas de ver: a través del tacto, de los oídos, del gusto, del olfato, y las usa para limpiar su ciudad. Los enemigos de este héroe mortal que sufre, sangra y ama, son cuatro bandas que, juntas, son la encarnación de las mafias que dominan el mundo y que tienen su sede en la ciudad de New York, son dos rusos pedófilos y comerciantes de mujeres; una china y un japonés narcotraficantes; un americano político que legaliza con sus contratos todo el dinero; y el líder de todos los anteriores: Wilson Fisk, comerciante de armas que es magistralmente interpretado por el gran Vincent D'Onofrio.
"Vamos a honrarte hermano mío, con la sangre de la guerra." Dice Vladimir, uno de los rusos, ante el cadáver de su hermano asesinado por su mismo socio, Wilson Fisk.
Entiende uno -aunque ya El Padrino y esta Colombia nos lo había enseñado- las razones de los políticos mafiosos colombianos, a quienes no interesa la paz de los otros. La guerra, es una forma de honor para ellos. Entiende uno, que aquí no hay concepciones políticas ni ideológicas, sino simples retaliaciones entre el patrón mayor -que todos sabemos quién es-  y los otros grupos que integran la mafia.
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