Allende La Paz, Cambio Total.
Se anunció la firma de la Paz en Colombia. El 24 de agosto 2016 se dió ese acontecimiento histórico y de grandes implicaciones para el pueblo colombiano y para todos los pueblos de Latinoamérica.
Las guerrillas de las FARC-EP han alcanzado un triunfo inconmensurable. Han obligado, con los fusiles en la mano, a que la oligarquía en el poder silencie sus armas -parcialmente ya que su aparato represivo continúa asesinando líderes populares- y a que sea la actividad política el método para erradicar las causas que dieron origen al Conflicto Colombiano.
En el Acuerdo Final se aborda la solución para lograr erradicar esas aberrantes causas que han dejado cifras realmente aterradoras: más de 250 mil víctimas mortales y 8,5 millones de desplazados internos y casi 1 millón de exiliados. Comienza ahora la lucha para que el Gobierno, en representación del Estado, cumpla todos y cada uno de los acuerdos firmados en los cuales se ha comprometido ante el mundo y ante la comunidad nacional.
Sabemos que ha sido costumbre de los gobiernos oligárquicos firmar compromisos hasta con el diablo a fin de salir de problemas que los están asfixiando, mas no han tenido la disposición de cumplir esos acuerdos. El reciente Paro Agrario es muestra de lo aseverado.
Con la firma del Acuerdo Final se empieza la construcción de La Paz, la cual será verdadera si el Gobierno y los sucesivos gobiernos cumplen todo lo pactado. Si no cumplen lo que harán será llevar la guerra a niveles insospechados y nunca vistos.
El panorama del país ha cambiado bajo el influjo del proceso de Paz. Mas el Proceso de Paz continúa. Todo está por construir. Las comunidades y clases populares están mostrando la ruta a seguir. Acción de masas, resistencia de masas y nada de aventuras. El pueblo del Chocó, Caquetá, la Guajira, Nariño, Putumayo y el Urabá están decididas a hacer realidad el anhelo de superar el Conflicto Social. Conflicto Social que ha estado en la base del Conflicto Interno, a más del Conflicto Económico y el Cultural.
Nuestro pueblo nunca se ha arredrado ante las contradicciones y dificultades que se le presentan en el devenir histórico que le toca vivir. Ahora no será la excepción.
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