El reciente
escándalo del tráfico de 25 kilos de droga en un avión militar, publicado en la Revista Semana, es la
seguidilla de los cientos de escándalos que han mostrado la sempiterna
corrupción al interior de las fuerzas militares del estado colombiano.
Demuestra de paso que la corruåpción del narcotráfico es consustancial con los
funcionarios del estado.
Son de reciente
memoria las « ayudas »
que las « autoridades » reciben de miembros reconocidos del
narcotráfico para
sufragar gastos que deberían ser hechos por el propio estado. Es tremendamente
vergonzoso ver a un comandnate de la policía o de los militares « pidiendo
plata » a los capos narcotraficantes para la « gasolina », por
ejemplo. Cuando no, por éstas épocas navideñas, pidiéndoles a esos « Don »
el « Aguinaldo » de 24 de diciembre.
Tampoco olvidamos los escándalos internacionales del buque insignia de la Armada, el buque-escuelaGloria, al descubrirse alijos de cocaína en su interior. Y los detenidos ? Vaya usted a saber porque ninguno de los cadetes –almas purísimas de la crema oligárquica- pagó ni pagarán cárcel por este delito. El mensaje del buque-embajador de Colombia es claro, Colombia es el primer productor de cocaína del mundo !
Las valijas diplomáticas de funcionarios colombianos y
estadounidenses son utilizadas para enviar cocaína a USAmérica y otros paísesde Europa. Basta sólo darse una paseadita por la web para encontrar los casos,
y hasta había un militar estadounidense que enviaba cargamentos con su esposa, sin
ella saberlo, aparentemente, aprovechando su posición de agregado militar en la
embajada gringa.
Tampoco podemos pasar por alto el involucramiento en el tráfico menudo de la droga en Colombia o los casos de toda una patrulla de policías ayudando a « cargar » la droga en los aviones o lanchas que utilizan para « exportar » el cargamento.
Hasta en el
avión presidencial
camuflaron un alijo de cocaína, quizá con la oculta intención de comprometer al
presidente de la época quien tenía una peleíta con USAmérica y con los godos de
Andrés Pastrana por cuentas de unas « ayuditas » a la campaña
presidencial del entonces candidato.
Lo que demuestran
estos casos es quiénes son los
que manejan el negocio del narcotráfico en Colombia y los dineros del negocio –todavía ilícito-
entran al torrente de dineros de negocios ilícitos que palian la economía
colombiana. Y aún así por ahí escuchamos las estridencias de un « pesista »
acusando a las FARC-EP porque les cobra a los narcotraficantes –no al
campesino- un impuesto por las transacciones del negocio que ellos
ilegalizaron, pero que al final tendrán que legalizar.
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