Cambio Total Revista.
El Informe del PNUD de 2011 nos muestra el
estado de la tenencia de la tierra según esa organización internacional, lo
cual se basa en cifras oficiales. Sin embargo, aún así la situación es
dramática. Dice el Informe que "Colombia es más rural de lo que se cree, pero cuenta hoy con más hectáreas en minería que en producción de alimentos. El gobierno firma tratados y asociaciones de libre comercio y crea incentivos
para el empresariado agroindustrial pero, con honrosas excepciones, el desempeño productivo agropecuario deja mucho que desear.
Entre tanto, sectores de pequeños y medianos campesinos esperan del Estado medidas de más envergadura para evitar que sus economías desaparezcan o queden reducidas apenas a medios de sobrevivencia.
Viejos y nuevos indicadores socioeconómicos confirman la mayor vulnerabilidad de los pobladores rurales, pero la institucionalidad estatal para atenderlos se ha debilitado o desaparecido y las coberturas en la provisión de bienes y servicios públicos (educación, agua potable, infraestructura, salud, saneamiento
básico, asistencia técnica, etcétera) no se comparan con el peso de las estrategias y programas de subsidios sectoriales que en la práctica benefician a quienes tienen más capacidades y recursos", es decir, el Estado adelanta políticas en favor de los terratenientes y oligarcas, quienes están en el poder desde hace más de 200 años..
para el empresariado agroindustrial pero, con honrosas excepciones, el desempeño productivo agropecuario deja mucho que desear.
Entre tanto, sectores de pequeños y medianos campesinos esperan del Estado medidas de más envergadura para evitar que sus economías desaparezcan o queden reducidas apenas a medios de sobrevivencia.
Viejos y nuevos indicadores socioeconómicos confirman la mayor vulnerabilidad de los pobladores rurales, pero la institucionalidad estatal para atenderlos se ha debilitado o desaparecido y las coberturas en la provisión de bienes y servicios públicos (educación, agua potable, infraestructura, salud, saneamiento
básico, asistencia técnica, etcétera) no se comparan con el peso de las estrategias y programas de subsidios sectoriales que en la práctica benefician a quienes tienen más capacidades y recursos", es decir, el Estado adelanta políticas en favor de los terratenientes y oligarcas, quienes están en el poder desde hace más de 200 años..
Problemas en la tenencia de tierra
Según el
informe “Colombia rural, razones para la esperanza”, en el país se da varias
dificultades en la tenencia de la tierra, como los altos grados de informalidad
en los derechos de propiedad, pues cerca del 40% de los predios no tienen
títulos, y cuando los tienen, no están registrados.
Asimismo,
hay alta desigualdad en los avalúos catastrales por hectárea según el tamaño de
las propiedades: en el año 2009 una UAF (La Unidad Agrícola Familiar, que es
una medida del tamaño en hectáreas de una explotación agropecuaria que
suministra como mínimo un ingreso neto equivalente a dos salarios mínimos
legales mensuales) de microfundio estaba avaluada en $74,1 millones en promedio,
una UAF de gran propiedad en $14,4 millones, una UAF de mediana propiedad en
$26,7 millones y de la pequeña propiedad en $36,9 millones. Eso significa que la pequeña propiedad paga más impuestos que la
grande.
Además, el
informe agrega que la alta desigualdad en tenencia de tierras es generalizada
en todo el país. De los 32 departamentos con información, 18 tienen Gini
superiores a 0.80, los más altos. “Está más concentrada la propiedad en los
municipios con mayor grado de urbanización, más cercanos a las grandes ciudades
y con mayor densidad demográfica. Entre 2000 y 2009 la concentración de la
propiedad aumentó en 23 de 32 departamentos, y donde más creció fue en
Antioquia, Chocó, Risaralda, Norte de Santander, Cesar, Cauca, San Andrés,
Valle del Cauca y La Guajira.
La
propiedad está más concentrada en toda la zona del occidente desde Antioquia
hasta el Valle, los departamentos de la Costa Caribe situados al margen
izquierdo del río Magdalena. La concentración también es alta en Arauca,
Casanare y Meta (la Orinoquía). La zona central andina también está concentrada
los mismo que Santander. La mayor concentración está en Valle del Cauca después
de Antioquia y la menor en Caquetá”, expone la corporación.
Uso del territorio
Otro de los
grandes problemas que aborda el informe es el desigual uso del territorio,
según el cual, el país solo cultiva el 22,7 % de las tierras con vocación
agrícola y silvoagrícola (4,9 millones de hectáreas) siendo que 21,5 millones
son aptas para usos agrícolas.
Se informa
también que en los departamentos tradicionalmente agropecuarios, entre
1995-2009, aumentó la tierra en pastos en 8,9 millones de hectáreas, pero
disminuyó en 862.000 en agricultura y 1.437.265 en bosques.
De otro
lado el informe detalla que Colombia tiene más hectáreas dedicadas a la minería
(5,8 millones) que a actividades agrícolas y silvoagrícolas (4,9 millones).
Entre 2000 y 2010, se otorgaron 7.264 títulos mineros y se tramitaron 17.479
solicitudes.
Además, el
país dedica 39,2 millones a pastos, rastrojos y malezas, de los cuales 31,6
están usados en ganadería bovina, es decir, 10,6 millones más de las tierras
aptas para producción bovina. “Es la “ganaderización” del sector rural. El
promedio de cabezas de ganado por hectárea es de 0,86. La ganadera extensiva
afecta el desarrollo humano rural no genera empleo, ni ingresos, no genera
tributos para invertir en bienes públicos y mantiene el statu quo en la
sociedad y en la estructura de la propiedad”, expone el Pnud en su informe.
Despojo
En cuanto
al despojo de tierras el informe dice que “pese a sus consecuencias sobre la
estructura agraria, las relaciones de poder y los derechos humanos, entre 1980-
2010 Colombia se mantuvo en silencio sobre el despojo y abandono18 de 6,6
millones de hectáreas (12,9% de la superficie agropecuaria), sin contar los
territorios de comunidades étnicas. Sin embargo, sólo se han recuperado 495.493
hectáreas: 7,46% del total. El 73% de los casos afecta a microfundios y
propiedades pequeñas hasta de 20 hectáreas”.
Sin
embargo, según las Naciones Unidas, las cuentas no
incluyen las casi 400 mil parcelas perdidas durante la Violencia (1940-1950),
que cubrían cerca de 2 millones de hectáreas, equivalentes al 11 de la frontera
agropecuaria de la época.
Además, se
expone que “el despojo y abandono de tierras explican el desplazamiento de 3,6
millones de personas (836 mil familias) en los últimos 13 años (Acción Social),
de las cuales el 65% tienen menos de 25 años y el 14% son menores de 4 años. El
64% de los grupos familiares provienen de zonas netamente rurales y el 24% de
los llamados “centros poblados” (también rurales)”.
Persistencia política
El informe
destaca en todo este proceso la persistencia política que “se define como el
grado de control de las elecciones por parte de las élites, o sea que se
refiere al grado en que las elecciones locales son libres, limpias y, sobre
todo, competitivas”.
Para
analizar el tema, el informe construyó una medida de persistencia política que
toma en cuenta las cuatro últimas elecciones de alcaldes municipales (periodos
que se iniciaron en 1998, 2001, 2004 y 2008). La medida toma valores entre 0 y
3 donde a mayor valor, mayor evidencia de persistencia política en el poder
local y viceversa.
Los
resultados indican que el 92,4% de los municipios incluidos en el análisis
presenta algún nivel de persistencia política y el 21,7% tiene el nivel más
alto; es decir, en las cuatro últimas elecciones de
alcalde no hubo rotación o renovación de las élites políticas en el poder.
El Pnud
encontró que la persistencia política afecta en forma negativa el bienestar de
la población. “Los municipios con más
persistencia política tienen mayores niveles
de NBI, más miseria y mayores indicadores de servicios inadecuados.
De manera adicional, esta tendencia se agrava en la medida en que los
municipios tienen índices superiores de ruralidad”, expone el Informe de 2011.
alp
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