Es costumbre inveterada de los mandatarios colombianos ”pedir perdón” por los crímenes cometidos, sin que haya un cambio en su conducta criminal. Igualmente a decir que la guerrilla tiene un ”plan para asesinarlo” cuando su ”gobernabilidad” está en problemas.
Lo cual equivale a seguir en las mismas. Pedir perdón implica el sincero arrepentimiento del ejecutor del delito y realizar las acciones necesarias para resarcir a la familia de las víctimas, además de su compromiso verdadero a no volver a cometer el ilícito, es decir, el asesinato de los hijos del pueblo.
Mas JMSantos sigue ”pidiendo perdón” por los asesinatos que cometen las fuerzas militares-narcoparamilitares del estado y éstas siguen aplicando la pena de muerte en Colombia. Con su fariseísmo característico viaja al Cauca -cuarto presidente que le toca ir allá para ”darles contentillo a los indios”- y allí al tiempo que le pide perdón a los indígenas por sus miembros asesinados por la tropa oficial, denuncia un supuesto ”plan para asesinarlo”.
Eso es definitivamente un ”falso positivo” por donde se le mire. Primero que el lenguaje del supuesto mensaje de las FARC utiliza palabras que no son del uso común de las FARC. Las FARC si hubieran dado la orden hubieran dicho sobre la necesidad de ”ajusticiar revolucionariamente” al ejecutor de los planes militares del imperio y no de ”asesinar al presidente” (esto en base al análisis de cientos de comunicados de las insurgentes FARC).
Segundo, que las FARC no se mueven por ”deseos de venganza”. Si así fuera, más de un politiquero narco-paramilitar estaría metido en un cajón de madera y enterrado varios metros bajo tierra. La lista es inmensa empezando por expresidentes, congresistas, jueces, magistrados, registradores, alcaldes, gobernadores, etc, etc, y no habría ”bala para tanta gente corrompida que hay en Colombia”.
Tercero, que el objetivo de JMSantos es conmover el corazón de los indígenas -y el de Colombia- y que aceptaran sin chistar el ”pedir perdón” de JMSantos. Ven lo ladino que es el inquilino de la ”Casa de Nari”. Ven lo tramoyero que es?
Y cuarto, que las FARC si hubiera decidido ”ajusticiar” a JMSantos estaría en todo su derecho. Según el DIH un presidente que le declara la guerra a otro u otra organización es un actor, una parte de la guerra, del conflicto interno en este caso, y al participar en la confrontación se convierte en objetivo militar del enemigo.
JMSantos es un militar en el sentido estricto del término. Declara la guerra, visita y pasa revista a las fuerzas militares, y éstas realizan paradas rindiéndole parte como ”comandante superior de las fuerzas militares”, luego el enemigo está en su derecho, si así lo considera, en catalogarlo como objetivo de sus acciones militares. ”No es tiempo de llorar”.
Aclarado esto, no es que estemos incentivando el asesinato de JMSantos. No. Es el mero análisis descarnado de la realidad concreta colombiana. Tampoco quisiéramos que la insurgencia armada -las guerrillas- transite el mismo camino que ha transitado JMSantos. Sabemos que las FARC conforme los acuerdos tácitos de la guerra respeta al ”comandante superior” de las fuerzas militares estatales. La formación moral de las FARC no se puede equiparar a la inmoralidad criminal de JMSantos quien no tiene ”empacho” de ir al Cauca a ”pedir perdón” mientras siguen asesinado a los indígenas.
Esa es la pequeña gran diferencia entre las FARC y JMSantos.
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