Domínico Nadal, Revista Cambio Total.
Colombia ha sido
manejada desde la independencia por la derecha. En ocasiones, cuando la extrema
derecha no está contenta con los planes gubernamentales, salen a flote las
exigencias de éste sector fascista o fascistoide del espectro politiquero de la
oligarquía, con el propósito de amedrentar al presidente de turno a fin de que
no haga las « reformas » necesarias que le garantizarían la « gobernabilidad ».
Es por ello que
la manida « gobernabilidad » no está en peligro porque uno u otro
general suene los sables, o los polítiqueros se nieguen a aprobar tal o cual
ley « fundamental » para el presidente, o las Altas Cortes no quieran
que les recorten sus privilegios, sino porque el constituyente primario –el pueblo-
se movilice por sus más sentidas reivindicaciones.
Que son las
mismas que desde hace 200 años. Pan, trabajo, vida, libertad, democracia.
Todos los
parlamentarios, los jueces, los ministros, los presidentes en Colombia son de
pensamiento político de derecha. Todos. Miremos no más los « altos »
dignatarios de Cámara y Senado. Además de politiqueros y corrompidos muestran
su ideología derechista en la aprobación de todas las leyes. Como muestra lo
concerniente a las « políticas de paz ». Esas políticas brillan por
su ausencia y cuando se propone un « marco constitucional », es
decir, una talanquera a aplicar de antemano (la Constitución me lo prohíbe,
dicen los presidentes ante las demandas de las insurgentes y aguerridas
guerrillas que no son –ni han sido vencidas en el plano militar-, y con esa excusa
se soluciona el impasse), le cuelgan « micos » a fin de hacerla
inviable.
Ni se diga de los
« defensores de la legalidad burguesa », los jueces. Aplican las
leyes a discreción de su pensamiento derechista y condenan por igual a
luchadores populares y a guerrilleros con el mote de « terroristas »,
la palabrita de moda que les ha enseñado el imperio. Eso sí, vemos la cantidad
de juicios a la espera de ser terminados que comprometen a los politiqueros
narco-paramilitares, funcionarios corruptos, etc, etc, para aplicar justicia « por
vencimiento de términos ». En tanto, las investigaciones y los juicios por
el Terrorismo de Estado duermen el sueño eterno en las gavetas de los despachos
de la Fiscalía y del Poder Judicial, lo que le permite a Colombia ostentar el
récord de impunidad más vergonzoso de país alguno : 99%.
Ni se diga de los
ministros. La crema y nata de la oligarquía. Provienen de los sectores privado
y público y todos se arropan con el pensamiento político de la derecha. No hay
diferencia alguna entre un « ministro liberal » y un « ministro
conservador ». Piensan igual, actúan reaccionariamente igual, luego son
iguales.
Para colmo de
males, los organismos de « control del estado » están también en
manos de la derecha. Nunca ha habido un Contralor, un Defensor del Pueblo, un
Procurador, que sea de la oposición, entre otras cosas porque la oposición es
barrida a plomo en Colombia y porque la lógica derechista establece que todos
los puestos del estado son para los partidos oligárquicos.
Mire usted no más
que el « Inquisidor » Ordóñez accede a la Procuraduría con el
beneplácito del rosadito de Petro y su camada de conmilitones, lo cual muestra
la clase de « izquierda » anidada en el PDA. Ordóñez odia a las
mujeres y odia a los luchadores populares, los « comunistas » dice
él. Ahora le toca el turno a la elección del Defensor del Pueblo. Ya se están
feriando los puestos en esa institución. Y aunque los investigadores de la
Defensoría del Pueblo produzcan excelentes denuncias, muchas de ellas quedan
engavetads en la oficina del jefe máximo porque « no conviene », es
darle elementos a « la subversión » para su ataque al Estado.
Y la « prueba
reina ». El presidente. El defensor de « la vida, bienes y honra de
los colombianos », quien no tiene empacho en llamar a los medios
oligárquicos a la auto-censura para que no publiquen los « partes de
guerra », los « hechos violentos », porque éstos sirven para
alimentar el discurso de la verdadera izquierda que analiza la realidad
colombiana con las investigaciones que se hacen tanto desde la izquierda y
desde la derecha por investIGdores serios. Ese es el pensamiento político de
alguien que estuvo en el diario El Tiempo durante muchos años como uno de sus
dueños.
La ralidad
colombiana es una realidad violenta porque precisamente desde el Estado que hoy
gerencia JMSantos se adelanta la más cruda violencia contra el pueblo
colombiano. Violencia estructural y violencia física. Violencia que permite
matar a los hijos del pueblo mediante la desnutrición y la carencia más
absoluta : el hambre. Violencia que asesina a los sobrevivientes mediante
la utilización –y bendición por la Iglesia católica- de los aviones,
helicópteros, los fusiles, las bombas « inteligentes » y las bombas
racimo, tiradas contra los campesinos e indígenas que luchan contra el estado
de cosas que le recetan desde la « Casa de Nari » y desde Washington.
Esa es la cruda y
terrorífica realidad colombiana.
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