Más
allá de si se trató de un accidente o si pudo ser derribado, la caída a
tierra de un avión Super Tucano de la Fuerza Aérea y la muerte de sus
dos pilotos, el mismo día de la visita del presidente, reforzaron la
percepción de que la situación en el Cauca dista de estar bajo control,
como sostiene el gobierno.
Un
guerrillero de las Farc corre cerca del sitio donde cayó el avión,
portando en su mano uno de los tubos que usan para lanzar cohetes y
artefactos cuya pésima precisión ha causado innumerables víctimas
inocentes en los pueblos.
El
lunes 9 de julio se cumplió un año de la explosión de una chiva bomba
que destruyó docenas de viviendas en Toribío. Para conmemorar la fecha,
la comunidad dispuso esa noche una vigilia con 60 piedras blancas, cada
una en recuerdo de una víctima de estos años de guerra. Pese a los
ataques de los días anteriores, la gente acudió a encender velas, como
esta niña, casi hasta medianoche.
Después
del consejo de ministros, el presidente Santos anunció un plan de
inversión y algunas obras para Toribío y la permanencia de la fuerza
pública y la continuación de la ofensiva militar contra las Farc, una
estrategia con la que no están de acuerdo muchos indígenas.
El
jefe de un retén que las Farc instaló a escasos kilómetros de Toribío
ofrecióuna rueda de prensa improvisada a los medios que vinieron a
cubrir la visita presidencial.
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