NotiColombia Press Hay ”vivos” en todos lados. Que son producto de la ideología dominante. Que no vengan ahora con cuenticos que ”la marrana parió y los cochinitos se perdieron”. Esos cochinos, hijos de ellos, son la reproducción del estado de corrupción estatal.
Quién no recuerda la ”viveza” de los políticos cuando ”inflan” las cifras de los contratos para percibir el ”dulce 10%”? Quién no recuerda la ”inflada” en el número de narco-paramilitares que hizo el régimen de Uribhitler y su ”comisionado de Paz”? Quién no recuerda la ”viveza” de ”desmovilizar ex guerrilleros presos –y además desertados de sus unidades- para presentarlos como de las FARC? Quién no recuerda la ”viveza” de meter primos, hermanos, reinas de belleza, hasta vecinos, en programas que no son para ellos?
Es que lo que se ve es lo que se practica. Para un campesino –con toda la carga genética de malicia- es muy fácil ”cranearse” lo que ve hacer en las alcaldías, gobernaciones, institutos descentralizados, y hasta en el encumbrado ”gobierno central”. Por ello, se le salió ”la viveza” a una señora que conmovió a todo el mundo –funcionarios del gobierno, fiscalía, hasta a sus abogados-, por la gravedad de haber ”perdido a sus hijos y su marido”. Quién no siente conmiseración de una señora en ese trance? Ah?
Mas de esa ”viveza” que le metió en la boca los dedos y hasta la mano entera a todo el mundo, no se puede concluir que la Masacre de Mapiripán no existió, ni proceder a descalificar la condena que la CIDH le hizo al estado colombiano por su práctica del Terrorismo de Estado. Que fueron 24, 32 o 49 es importante en relación con el número de víctimas y la reparación procedente, pero el hecho de esa Masacre de Mapiripán –una de las dos que se cometieron contra ese pueblo campesino- demuestra la sevicia y la alevosía conque actuaban los narco-paramilitares, llevados a ese pueblo por las fuerzas militares, como está suficientemente probado.
Que era –y es- una política de estado? Pues claro, el mismo hecho de la repetición de la Masacre en Mapiripán algunos años después demuestra que los ”autores intelectuales” del Terrorismo de Estado no quedaron satisfechos con la primera masacre. Autores intelectuales que han estado sentados muy cómodamente en los sillones de la Casa de Nari y del Ministerio de Defensa. Y a esos nadie los toca!
Que esa masacre fue un acto excecrable que ponía los pelos de punta a quien la escuchaba, es tan cierto, que todo el mundo –gobierno, fiscalía, abogados defensores, CIDH- creyó a una señora ”viva” bien viva, que se aprovechó del hecho de la Masacre y del dolor de los familiares verdaderos que sintieron el dolor por las torturas, descuartizamientos, y hasta ”jugada al fútbol con las cabezas de las víctimas”. El dolor de los ajusticiados por los narco-paramilitares –autores materiales-, sumado al dolor de las familias por haber encontrado en tal estado de descuartizamiento a sus seres queridos –a los que encontraron-, es suficiente para impulsar cualquier condena y para un resarcimiento de cualquier tipo.
El dinero en las violaciones de derechos humanos es lo de menos. Con dinero no se vuelva a la vida a seres entrañables, padres, herman@s, maridos, seres amorosos que soñaban con un mundo mejor y desde el estado le mostraron el peor de los horrores. El dinero es lo único que preocupa al régimen. A ese régimen heredero de los regímenes anteriores, toda vez que aplica las mismas políticas, no lo conmueve la muerte de personas inocentes ni el dolor causado porque ellos son los autores intelectuales de esa violación de derechos humanos. Ellos son los determinadores del Terrorismo de Estado. Por eso aparecen exultantes diciendo que ”como en Mapiripán” hay más ”casos de falsas víctimas”, para acto seguido tender un manto de ocultamiento sobre la verdad de las violaciones de derechos humanos –masacres, desaparecidos, ejecuciones extrajudiciales, etc-.
Ese régimen asesino, que practica el Terrorismo de Estado, tratará -como en efecto ya lo hace- de excusar sus asesinas políticas con el cuento de ”los falsos familiares”. La realidad dice otra cosa. Las víctimas están ahí para el escrutinio de quien quiera. El dolor de las personas asesinadas no se puede ya percibir. Sólo queda el dolor de las familias, quienes siempre tendrán un vacío en sus vidas que no lo llena todo el dinero del mundo.
Publicar un comentario