Allende La Paz, Cambio Total.
Más de 3.500 casos de falsos positivos reconocidos por el
propio Estado colombiano –ante la presión de la comunidad nacional e
internacional- nos lleva a escudriñar quiénes son los autores.
En primer lugar, los ejecutores de tales actos criminales
son agentes del Estado –militares, policías- que al principio respondían a la
presión del Ejecutivo por resultados en la guerra contra la insurgencia armada
–guerra desatada por el mismo Ejecutivo- y fue degenerando en actos criminales
para ”ganarse una medalla o un permiso de fin de semana”.
En la base de esos actos criminales está la presión indebida
de presidente o ministro de defensa conminando a la tropa estatal a realizar
”actos heroicos” en la guerra contrainsurgente y ahí derechito vamos hacia la
doctrina que sustenta esa presión: Doctrina de Seguridad Nacional (DSN).
Militares y policías imbuídos hasta los tuétanos de la DSN ven normal darle
tratamiento de ”enemigo interno” a la población civil no inmersa en el conflicto
armado interno y su extrapolación hacia el conflicto no armado interno:
conflicto social, conflicto laboral (asesinato de sindicalistas), conflicto
societal (personas diferentes).
De ahí a la práctica de los ”falsos positivos” solo hubo un
paso. Si se veía normal asesinar cualquier líder popular, reclamantes de
tierras, sindicalistas, líder comunal, etc, valía cínco centavos asesinar
muchachos de las barriadas populares de las ciudades, llevarlos al campo,
asesinarlos, vestirlos de guerrilleros –con uniformes nuevos en muchos casos- y
presentarlos ante la prensa burguesa como ”guerrilleros dados de baja en
combate”.
Es que el accionar de las fuerzas militares siempre ha
practicado el ajusticiamiento extrajudicial (asesinato) de personas por
cualquier motivo, incluso personales de parte de mandos o agentes oficiales.
Estos asesinatos-ejecuciones extrajudiciales deberían ser
excluídos de un posible Acuerdo de Paz por cuanto es una conducta criminal que
sobrepasa el mandato constitucional del Estado. Es un crimen cometido contra
civiles que no están inmersos en el conflicto armado interno, que son sacados
de sus casas y barrios en donde vivía, llevados al campo, etc, etc. Crimen que
no es realizado en una acción de guerra, sino que es cometida con toda premeditación
y en la cual concurren varías conductas criminales.
Sin embargo, estamos dispuestos a tragarnos ese ”sapo” en
atras de la Paz. Lo que no se puede esconder la correa de transmisión de tan
aberrantes prácticas criminales.
La correa de transmisión nos lleva hasta el Ejecutivo. Si no
hubiera habido la paranoica presión a los militares-policías en zonas de
guerra, éstos no se hubieran producido. Así de sencillo. Ejecutores y
perpretadores sobrepasaron el mandato dado por la Constitución colombiana. Son
acciones criminales ejecutadas por mentes criminales.
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