Al
asumir un proceso de conversaciones con las FARC-EP sin intención de
replantear el modelo extractivista, la exclusión política y su
dependencia a los Estados Unidos, queda en evidencia el real interés del
gobierno de Santos en este proceso: desactivar el proyecto político y
militar de las FARC-EP para profundizar su proyecto tecnócrata,
neoliberal y desestabilizador de la región. Sin una eventual presencia y
actividad de las estructuras de las FARC-EP en el territorio nacional,
el gobierno de Santos podría jalonar a fondo su proyecto extractivista
sin resistencia política, social ni armada.
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